trigonométrica

The Soul Bread


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Pan de semillas de amapola

Pan de semillas de amapola 2

500 gr de harina de fuerza
200 gr de masa madre
300 gr de agua
10 gr de sal
20 gr de aceite
80 gr de semillas de amapola
20 gr de sésamo

Una invención: un pan con un aroma muy marcado y con mayor resistencia al tiempo gracias a la introducción de aceite. La miga no pierde ni un ápice de esponjosidad, por lo que resulta ideal para hacer bocadillos y por otro lado, el acento exótico de las semillas de amapola potencia el sabor de lo que pongas, con lo que se puede hacer virgerías. En este caso, unas simples rodajas de fuet -sin tomate ni aceite añadido- se convirtieron en una maravilla; hace que con cualquier cosa puedas elaborar un sandwich espectacular tipo bar moderno de oferta gastronómica. Elaborado con el sistema de triple amasado (3 mins de amasado y 15 de reposo por 3 repeticiones), 2 horas de fermentación con un pliegue en la primera hora, formado en bola y 12 horas de fermentación secundaria en banetton, horneado durante 40 mins.

Bajo el estímulo acogedor de Marc Leclair en 236e Jour. Como abrir el telón.


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Pa de sègol amb mel, panses i anous

Pa de segol panses i anous

350 gr de harina de fuerza (variación con la mitad integral)
150 gr de harina de centeno integral (variación con harina blanca de centeno)
200 gr de masa madre
280 gr de agua
90 gr de pasas de Corinto
90 gr de nueces
15 gr de mel de Bruc de Viladrau (miel de Berzo)
12 gr de sal

Mezcla inicial y media hora de reposo. Amasado levemente con un cuarto de hora de reposo adicional, añadiendo después las pasas y las nueces para el amasado final. 2 horas de fermentación haciendo un pliegue en la primera mitad, boleado final y seis horas de fermentación secundaria en banetton. Horneado a 250ºC los primeros veinte minutos vaporizando sobre la masa y los 35 minutos siguientes a 220ºC-200ºC. Un pan repleto de aromas y de viajes a la infancia.

Creado bajo los influjos sonoros de Maga en El gran final. Como abrir el telón.


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Brioche de xocolata

500 gr de harina de fuerza
20 gr de levadura fresca
10 gr de sal
50 gr de azúcar
55 gr de huevo
125 gr de leche entera fría
125 gr de agua
200 gr de mantequilla
1 huevo mezclado con azúcar para pintar
Nutella para el relleno

2 horas de reposo en la nevera y dos horas de fermentación una vez moldeados los bollos. Les he aplicado bastante fuerza en el boleado de las porciones, de unos 30 gr cada una, horneándolas de 20 a 30 minutos. El resultado son estas bolitas tan sugerentes: pan de mantequilla con relleno de chocolate a l’ancienne.

Bajo la música enigmática de videojuego de Zomby en Alothea. Un viaje al pasado y de vuelta al futuro.


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Pa de blat i espelta #3 (versión Jazz)

300 gr de harina de espelta integral
500 gr de harina de fuerza
400 gr de fermento
620 gr de agua
20 gr de sal

Para dos panes de kilo y kilo y medio. 2 horas de reposo y 17 horas de levado a 20,5ºC. Horneado 40 minutos sobre piedra y papel vegetal volteando el pan los últimos 7 minutos para tostar la base. En esta versión el pan es más esponjoso y tiene menos corteza, la masa adquiere ligereza y la acidez gana protagonismo por encima de la consistencia, potenciando el sabor de la espelta. El greñado también ha sido sutil para no perder un exceso de aire.

Bajo los preceptos sonoros de Chet Baker y Paul Desmond en Tangerine y Women con Can’t You See. Revelador.


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Pan de centeno

400 gr de harina panadera
200 gr de harina de espelta
250 gr de masa madre
430 gr de agua
15 gr de sal

El, también llamado, pa moreno. 2 horas de reposo doblando la masa a cada fracción más 15 horas de levado en bannetton a 24ºC. Al subir la hidratación la masa queda más esponjosa pero se deshincha al volcarla sobre las palas, sin embargo queda más tostado por los bordes y la corteza se vuelve crujiente en cuanto lo cueces. Aguanta cuatro días en una bolsa sin perder ni un àpice la intensidad del centeno ni la suavidad de la masa. Bajo la batuta sonora de los Doors en Wild Child. Una maravilla.


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Stollen

Esponja (65 gr de harina, 115 gr de leche entera caliente y 12 gr de levadura seca)
285 gr de harina de fuerza
14 gr de azúcar
5 gr de sal
3 gr de ralladura de naranja
3 gr ralladura de limón
7 gr de canela en polvo
1 huevo
70 gr de mantequilla (a temperatura ambiente)
60 gr de agua
nueces
pasas, albaricoques, ciruelas y arándanos (reposados una noche en ron con unas gotas de limón)

1 hora para reposar la esponja. Mezclado inicial de la harina, el azúcar, la sal, la ralladura y la canela y después la esponja, el huevo, la mantequilla y el agua, dejando descansar la masa 10 minutos en el cuenco tapado con film y añadiéndole entonces las nueces y la fruta, amasando después y guardándola nuevamente en el cuenco para una fermentación de 45 minutos. Pasado ese tiempo se divide y se aplana cada porción, pasando después el rodillo por el centro para hacer un pliegue que llenar otra vez de fruta y nueces, plegando entonces la masa por encima como si pasaras suavemente una manta, presionando levemente en los bordes y retorciendo con la misma suavidad los extremos para mantener la arruga. Se hornea 35 minutos y tan pronto está listo, se embadurna el stollen con aceite vegetal para teñirlo dos veces de azúcar glas.

Originariamente el stollen se hace con coñac para la fruta -fruta glaseada además- y almendras laminadas, pero no tenía. El resultado, en cualquier caso, es igualmente espectacular. Un auténtico postre de Navidad, de la Navidad alemana. Un dulce contundente, tradicional y sabio -si es que puede ser sabio un dulce, de lo que estoy plenamente seguro-. Elaborado a través de la música simbólica de Chad VanGaalen en Peace Is On The Rise. Sublime.


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Pa de blat del Montseny + Pa de coca

90 gr de harina de espelta
700 gr de harina de fuerza
400 gr de fermento
650 gr de agua
gr20 gr de sal

Para dos panes de 750 gr: 2 horas de reposo y 19 horas de levado para la hogaza y 20 horas para el pan de coca. He dejado la masa a fermentar en una cesta de mimbre forrada con un couché empapado de espelta y al haber subido un 20% más la hidratación, la masa se ha desinflado suavemente al volcarla sobre la pala, quedándose plana. Al final, una hogaza de trigo y un pa de coca de primera calidad. De nuevo, el pan nace de un serendipia.

El pa de blat ha sido hecho con las bases de Yèkèrmo Sèw de Mulatu Astaké para la primera fase, Pagan Poetry de Björk para la segunda y Die Roboter de Kraftwerk para el horneado del pa de coca. Fantastich.


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Pa de blat i espelta (#2)

400 gr de harina blanca
200 gr de harina de espelta
250 gr de masa madre (atemperada 1 hora antes)
350 gr de agua
15 gr de sal

Segunda versión de la hogaza de masa madre. El fermento llevaba 4 días desde la tercera renovación y lo he dejado atemperar una hora antes de empezar el proceso, con lo que he ganado en acidez. Reposado 2 horas doblando la masa a cada hora para darle fuerza y 18 horas de levado en bannetton a 21ºC. Espectacular. La proxima vez subiré sin embargo la hidratación entre 400 y 420 gr. para que haga más esponja, aunque posiblemente la corteza no quede tan crujiente. Hecho bajo la inestimable presencia sonora de Wilson Pickett, Louis Armstrong y Mishima. Auténtico Soul Bread.


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Mochis de Sant Esteve

500 gr de harina de fuerza
20 gr de levadura fresca
10 gr de sal
50 gr de azúcar blanquilla
55 gr de huevo
125 gr de leche entera fría
125 gr de agua
200 gr de mantequilla
1 huevo mezclado con azúcar para pintar
Glaseado de azúcar, leche y naranja
Nutella y crocanti para el relleno

Bolas de pan con chocolate y crocanti y cobertura de glaseado. Una versión de los mochis japoneses. Una delícia.


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Napolitanas

500 gr de harina de fuerza
20 gr de levadura fresca
10 gr de sal
50 gr de azúcar blanquilla
55 gr de huevo
125 gr de leche entera fría
125 gr de agua
200 gr de mantequilla
1 huevo para pintar
Azúcar glas, leche y naranja para la cobertura

Se trata de la misma masa utilizada para los croissants, dejándola en reposo toda la noche en el frigorífico y guardando una hora para atemperarla. El proceso de triple doblado y reposo con mantequilla es el mismo y el relleno es en este caso de nutella y toppings de chocolate, con lo que resultan mucho más divertidas.


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Llonguet

Poolish (5 gr de levadura, 350 gr de agua, 300 gr de harina panadera y 50 gr de harina de centeno)
1,3 kg de harina blanca
700 gr de agua
20 gr de levadura fresca
30 gr de sal (añadida después

Viene del último lote de masa para baguettes que guardé en el congelador. La he dejado en la nevera toda la noche para descongelar, con 1 hora y media de reposo para atemperar la masa, moldeado en bola y 2 horas de levado. El sabor es más dulce y la corteza ha quedado más crujiente que la última vez.


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Pa de blat català i espelta (con masa madre)

400 gr de harina blanca
200 gr de harina de espelta
250 gr de masa madre (fría)
350 gr de agua (tibia)
15 gr de sal

Mezclar los ingredientes, añadir la sal y bolear. Reposar 3 horas. Doblar la masa y levar 6 horas en bannetton. La temperatura ambiente era de 24ºC por lo que cuando sea inferior duplicaré el tiempo a 12 horas. Hornear 30-40 minutos. Para ser mi primer pan absolutamente natural, ácido, con masa madre propia, estoy contentísimo. He pasado a otro nivel.


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Croissants y napolitanas

500 gr de harina de fuerza
20 gr de levadura fresca
10 gr de sal
50 gr de azúcar blanquilla
55 gr de huevo
125 gr de leche entera fría
125 gr de agua
200 gr de mantequilla
1 huevo mezclado con sal para pintar

Trabajar la masa y guardarla dos horas en la nevera con una cruz y forrado con film transparente. Despues aplanarla con el rodillo y estirándola desde las puntas y dejar la mantequilla en el centro planchada previamente. Aplanar hasta hacer un rectángulo dos veces superior, doblar la masa dos veces más y dejarla reposar en la nevera durante 20 minutos. Repetir el proceso dos veces más. Dividir la masa final en dos rectángulos recortándole los bordes. Formar los croissants y las napolitanas con pastillas de chocolate en el interior (como la masa sube bastante, mejor ser generoso con el chocolate). Dorar con huevo y dejar fermentar 2 horas. Dorar nuevamente con huevo y hornear 20 minutos a 220º (añadirle toppings de chocolate y algo de azúcar 10 minutos antes de sacarlas) . El resultado es espectacular.

Y esta es mi pequeña invención del día: Pastís de Ca’ La Nou, un bollo relleno de chocolate, pasas y nueces.


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Mr. White y la levadura salvaje

Estoy haciendo un cultivo para obtener masa madre. Las cepas de este cultivo son un compuesto orgánico resultante de un proceso de fermentación biológica en condiciones de ausencia total de oxígeno. Con este proceso, pretendo conseguir que ciertos microorganismos, bacterias y hongos ambientales como el precioso y formidable Saccharomyces cerevisiae, mi preferido, se fusionen con las levaduras naturales de las células del trigo dando lugar a una levadura salvaje en forma de masa orgánica. Las enzimas de este cultivo permitirán el levado natural de mis panes dotándolos, si todo va bien como hasta ahora parece, de un sabor y características únicas. Durante esta transformación, también se libera dióxido de carbono y etanol en forma de vapor y hoy lo he respirado por curiosidad. He visto las estrellas. Durante unos segundos la cocina se ha convertido en un universo psicodélico. He flotado y he sentido algo parecido a un pellizco en las yemas de los dedos. Ha sido divertido pero también produce gases. Era como si me hubiera tragado una pelota hinchable. La química es una experiencia arriesgada aunque gratificante.


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Pan de cerveza negra y centeno

Poolish (3 horas de fermentación)
– 125 gr de cerveza Guiness tibia
– 125 gr de harina de centeno
– 5 gr de levadura fresca

Masa (3 horas de fermentación + 2 horas de levado)
– 400 gr de harina blanca
– 100 gr de harina de centeno
– 350 gr de cerveza Guiness tibia (+ 20 gr de agua)
– 12 gr de sal
– 6 gr de levadura fresca

Esta fórmula es una combinación de las recetas de pan de cerveza negra y avena de Xavier Barriga y la del pan de poolish de cerveza de Richard Bertinet. El resultado es un pan oscuro de masa muy esonjosa y un toque ácido y tostado en el sabor. Ideal para acompañar un salmón con una copita de vino blanco. Voilà.


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Baguettes de Cala Nou

Dia 1: El prefermento
– Poolish (5 gr de levadura fresca, 350 gr de agua, 300 gr de harina blanca y 50 gr de harina de centeno)

Dia 2: La masa
– Poolish en su mismo recipiente
– 1,3 kg de harina blanca
– 700 gr de agua
– 20 gr de levadura fresca
– 30 gr de sal (añadida después de trabajarla unos 10 minutos aunque se pierde una parte importante)

Dia 3: Moldeado y horneado
– Atemperar la masa 1 hora
– Doblar y separar en 6 porciones
– Reposar 15 minutos
– Formar los panes y levar una hora
– Precalentar a la potencia máxima (la piedra a la mitad y en el estante inferior una bandeja con agua)
– Greñar longitudinalmente y hornear 50 minutos a 220º (3 vaporizaciones)
– Dar la vuelta a los panes los últimos 10 minutos

Si se dan la vuelta a los panes el resultado es espectacular: sólo hay que intentar que se doren homogéneamente. La masa tiene aire y la corteza es crujiente. El sabor se parece más al del pan rústico que a la baguette convencional, claro que la baguette convencional no lo es porque se le añade el doble de levadura; la baguette original mide su calidad por el aire de la masa y su esponjosidad, así que no me puedo quejar. Tres de las masas las he boleado en la primera fermentación y las he congelado en una bolsa para hacer el pan en varios lotes de dos barras. El experimento ha salido bien, en tres horas es posible tener pan recién hecho, es decir, que si sacas las masas entre las 5 y las 6 de la tarde, el pan estará listo para la cena. Se queda algo más compacto pero gana en sabor y esponjosidad y adquiere ese toque tan sutil de acidez que tienen los panes hechos con masas prefermentadas.

Esta foto es del primer lote.

Y esta del segundo.


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Pan de Viena

250 gr de leche entera (tibia)
15 gr de levadura
500 gr de harina de fuerza blanca
60 gr de mantequilla a temperatura ambiente
40 gr de azúcar blanquilla
10 gr de sal
2 huevos grandes

Para preparar la masa, frotar la harina con la levadura y añadirle la mantequilla, después el azúcar y la sal, luego los huevos y seguidamente la leche. Trabajarla y fermentar 1 hora en el cuenco.

Para preparar los panes, volcar la masa y cortarla en 6 trozos: 4 para formar panecillos largos (battards) y 2 para panecillos redondos (bola), pintar con huevo batido (con un poco de sal) y realizar los cortes. Dejar fermentar en bandeja 1 hora tapados con film transparente (con trapo se pega y adultera la forma, así que mejor con film de cocina y harina espolvoreada).

Para hornear, precalentar a 220ºC y añadir la bandeja una media hora. Duplicarán otra vez el tamaño, por lo que hay que espaciar los panes o hacer pliegues con el papel vegetal para separarlos bien. En total unas 3 horas.

Este es el resultado:

Brillante, asombroso, inspirador, sublime, extraordinario. Me parece un acto de magia y podrá sonar ridículo o exagerado pero como acto mágico, hace que haberse despertado por la mañana tenga un sentido.


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Pan de espelta

Para una hogaza de 800 gr.:

500 gr de harina de espelta
200 gr de fermento poolish (250 gr de harina de espelta + 250 gr de agua + 5 gr de levadura)
5 gr de levadura
10 gr de sal
300 gr de agua

Tres días: el primero para el poolish, dejándolo fermentar en la nevera toda la noche. El segundo para mezclar, trabajar la masa (echándole la sal a los 10 minutos de haber empezado) y fermentarla durante 2 horas a temperatura ambiente, moldeando después y dejándola levar en la nevera 13 horas más. El tercer día para hornear el pan, de una hora y media a dos para que se atempere y de media hora a tres cuartos en el horno a 250ºC-220ºC . Resultado exquisito.


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Pan de cerveza

Para el Poolish:

  • 125 gr de cerveza tibia
  • 125 gr de harina de fuerza blanca
  • 5 gr de levadura

Para el Pan:

  • 750 gr de harina de fuerza blanca
  • 50 gr de harina integral
  • 5 gr de levadura fresca
  • 500 gr de agua
  • 15 gr de sal

3 días de elaboración:

DIA 1: mezclar poolish y meter en la nevera

DIA 2: mezclar y trabajar la masa, después añadirle la sal, volver a trabajar la masa y bolear, dejándola en un cuenco enharinado. Reposo de 1 hora. Dividirla después en 4 y moldear 2 panes dejándolos levar 1 hora y media. Los otros dos los he dejado en la nevera dentro de un cuenco con film de plástico para que leven despacio (fermentación retardada).

DIA 3: retirar las masas 2 horas antes, practicar los cortes, vaporizar generosamente el horno precalentado a 250º e introducir los panes, bajar a 220º tras 5 minutos y hornear durante 20 minutos.

Increíble.


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Pan de multicereales

  • 200 gr de harina integral
  • 175 gr de harina de fuerza
  • 125 gr de mezcla de multicereales (avena, maiz, plátano seco, pasas, etc)
  • 10 gr de levadura
  • 10 gr de sal
  • 5 gr de azúcar
  • 340 gr de agua

Pan mullido, crujiente (he vaporizado el horno antes) y potente; con dos tostadas tienes para toda la mañana. Ideal para el desayuno. Hecho en molde y horneado durante 40 minutos a 200º. Ha salido bien el experimento. Cinco horas de trabajo para un buen resultado, aunque tampoco es para bailar un tango en la cocina. Es un buen pan pero con una finalidad muy concreta. No serviría para una tabla de quesos porque es compacto y consistente, pero resulta perfecto para untarlo con mantequilla y mermelada, que es lo que lo quería. Good morning Soul Kitchen.


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Redondo de medio

  • 400 gr de harina de fuerza
  • 100 gr de harina de espelta
  • 10 gr de levadura
  • 10 gr de sal
  • 300-350 gr de agua

Se trata de un battard grande (algo así como un panecillo gigante) o de un redondo pequeño de medio kilo, como prefiera llamarse, en cualquier caso es un pan para comértelo de una sentada. Sale tierno, esponjoso, flexible y de corteza fina. Al fin y al cabo es básicamente la estructura del pan blanco francés, sólo que le he puesto un poco de espelta para reducir los azúcares y darle un toque amargo muy sutil a la molla en un intento de sustituir la fermentación natural por otra más rápida sin tener que ceder al sabor. Y el resultado no está nada mal. Ahora que lo pienso, es algo así como un cruce genético entre un mollete de Antequera, un redondo de pa de pagès y un llonguet. Lo he moldeado a lo largo y he hecho unas línea curvas por toda la superfície de manera que pareciera una especie de tornillo. Un buen pan que abre el apetito; qué más se le puede pedir.


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Pan de molde de espelta

400 gr de masa poolish (400 gr de agua + 200 gr de harina de espelta + 200 gr de harina blanca + 8 gr de levadura)
200 gr de harina de espelta
200 gr de harina blanca
8 gr de levadura
10 gr de sal
120 gr de agua
semillas de amapola

Pan de espelta en bloque. Dos fermentaciones de una hora (la segunda, dentro del molde). Cinco horas de trabajo más cuatro del día anterior para preparar el poolish. Al guardar todo el aire por la baja manipulación de la masa, la miga ha quedado muy esponjosa y aromática. La corteza ha quedado muy crujiemte en la parte superior pero blanda en la inferior y los laterales; debería haberle dado más calor y tiempo de horneado. El corte lo he hecho tranversal, tirando dentro las semillas. En conclusión, pan de molde de espelta, aromático, sabroso y muy tierno, ideal para hacer tostadas, buenísimo para mojar y veremos si supera la prueba de los bocadillos, ya que no está del todo mullido. Nos vamos a Bilbao a ver a Radiohead.


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Baguettes

200 gr de fermento poolish
225 gr de harina integral
250 gr de harina blanca
10 gr de sal
2 gr levadura
265 gr de agua

Lo conseguí: cuatro baguettes al estilo parisienne. Estoy satisfecho. El sabor es intenso y está vivo, con un toque amargo muy tenue pero significativo, aunque lo mejor sin duda es el regusto final, ahí es donde estalla todo el aroma, el sabor toma conciencia definitivamente y se expande en el paladar incluso unos minutos después de haberlo comido. En cuanto a la corteza es de los panes más crujientes que he hecho. Perfecta. En cuanto a la textura, ahí es donde está su mayor defecto: le falta aire, esponjosidad, cuerpo. Después de la segunda fermentación he tenido que sacar las barras de la bandeja para quitarle los trapos y volverlas a poner dentro, perdiendo casi todo el gas cuando las manipulaba. Por supuesto han vuelto a hincharse en el horno pero ya no era lo mismo y se han quedado un poco chafadas. La próxima vez las haré fermentar en la misma bandeja sobre papel de horno y así no tendré que tocarlas. Y por otro lado le subiré el porcentaje de agua. El dia que consiga una piedra para el horno será distinto pero por el momento, esto es lo que hay. Sigo haciendo oficio.


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Oh Ganachaud

Llevo cuatro días sin hacer pan y ya siento la abstinencia. Ayer me acosté tarde, he dormido menos de tres horas y pienso que podría haber aprovechado el tiempo, aunque fuese para preparar un poolish, pero no lo hice. Aún no me atrevo a pasarme una noche haciendo pan. Me conozco, cuando algo me seduce, cuando me entusiasma, no tengo límites; podría ir a trabajar al día siguiente sin apenar haber dormido unos minutos y no puedo permitírmelo. Hoy me cuesta esfuerzo subir escaleras o mantener una conversación. No puedo fijar la vista en algo sin sentirme los ojos inundados en una especie de amoniaco. Abro tanto la boca con mis bostezos que perfectamente podría quedarme atrapado en el interior de mí mismo. No puede ser, así que no me queda más remedio que esperar al fin de semana.

Lo tengo todo preparado. Esta vez prepararé unas baguettes sigiendo los criterios de la Copa del Mundo de la Panaderia, es decir, con la fórmula básica del 60-2-2 (60% de agua, 2% de levadura y 2% de sal) pero con un poolish previo. Un poolish es una masa de arranque que sirve como fermento natural. Esta masa se prepara un día antes con proporciones iguales de harina y de agua, apenas se trabaja ya que tiene un porcentaje altísimo de hidratación, se deja levar unas tres o cuatro horas y se guarda finalmente en la nevera para retrasar la acción. Después, esta masa estirará enormemente los procesos de fermentación, ya que activará antes las enzimas necesarias para la liberación química de los azúcares del trigo, lo que se traduce en un mayor sabor y aroma, genera el dióxido de carbono encargado de dar esponjosidad al pan al evaporarse durante el horneado y etanol, que caramelizará la corteza y la hará más crujiente. Eso sí, siempre que salga bien, ya que el cálculo de las fórmulas parece fácil con el 100% de harina pero cambia cuando hay que reducirlo para añadirle un porcentaje de masa de arranque, que es distinto al del resto de ingredientes.

También cambiaré el moldeado, ya que hasta hora utilizaba la técnica de Richard Bertinet para elaborar las barras con un prensado longitudinal por los bordes de la masa y en esta ocasión, practicaré la técnica del bâtard (torpedo) que en principio le dará más cuerpo, aunque quizás vuelva a la primera si las baguettes salen demasiado grandes, ya que mi intención es comernos una para la cena y con el resto hacer flûtes para bocadillos.

Después de mezclar los ingredientes y formar la masa, necesitaré cerca de cuatro horas para la fermentación, quizás tres si hace mucho calor, y otra hora para la fermentación secundaria antes de meter las baguettes en el horno. Ya había hecho baguettes antes, de hecho fue mi primera experiencia con el pan pero está vez espero darle más intensidad y textura. Ya está todo pensado. No veo el momento de ponerme al trabajo.

___________

* Bernard Ganachaud fue un panadero francés que en 1979 ganó el premio al «Meilleur Ouvrier de la France» con su baguette con poolish, la cual se conocería como la «Flûte Gana», convirtiéndose en un icono del pan hecho en Paris.


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One Hundred Percent

Siempre he intentado evitar los cálculos y las fórmulas. Nunca se me han dado bien las matemáticas y, como en muchas otras cosas, he obtado por salir del paso de la mejor manera posible. Lo cierto es que no me ha ido mal. Soy un creador de métodos aunque, al fin y al cabo, lo único que hago es sustituir mis carencias por inventos un tanto arriesgados.

Tengo la mala costumbre de hacer las cosas a mi modo. La mayoría de sistemas tienen la característica de ser permutables así que me he permitido siempre la libertad de intercambiar unos principios por otros e inventarme un estilo propio. Y funciona. Tomas un poco de aquí, un poco de allí, combinas unos criterios con otros, los alteras, les das la vuelta, introduces tus propias innovaciones y listo: pareces un experto aunque no tengas idea de lo que estás hablando. Podría decirse que soy un especulador pero de eso va la retórica, ¿no? Así que la intuición funciona muchas veces pero hay otras en que no te queda más remedio que entender lo que tienes entre manos y eso es, precisamente, lo que me está sucediendo ahora con el pan.

En el mundo de la panadería, la elaboración de masas se fundamenta en la aplicación de fórmulas y de porcentajes. No se trata de seguir recetas que distribuyan el peso (o el volúmen) de los ingredientes en una lista. Así, uno puede leer 500 gramos de harina, 350 gramos de agua, 10 gramos de sal y 10 de levadura, y creer que todos los panes saldrán iguales porque ésa es su receta, pero no es tan simple.

Uno debe saber que el peso total de la harina (PTH) se corresponde con la unidad de referencia y resultará siempre el 100%. A partir de aquí, si el peso total de la harina es de 500 gramos, 350 gramos de agua será el 60%, 10 gramos de sal el 2% y 10 gramos de levadura, el otro 2%. Por lo tanto, el porcentaje total de la fórmula (PTF) es del 164%, por lo que no se trata de una receta sino de la fórmula exacta del pan francés: 60-2-2. Si uno toma conciencia de la fórmula puede empezar a calcular entonces sus variaciones, como la que hice ayer con un redondo de pan de centeno (250 gr de centeno, 500 de harina de fuerza, 464 gr de agua, 16 gr de sal y 16 de levadura) lo cual se traduce en un 162% de PTF distribuido de la siguiente manera: 100% de harina + 58% de agua + 2% de sal + 2% de levadura, es decir, que tomé la fórmula básica del pan francés y reduje la hidratación para que el pan fuese más compacto. Fácil, ¿verdad?

¿Qué pasa entonces si queremos darle un ligero toque ácido al pan, o hacer una masa más esponjosa, o extraer un mayor porcentaje de azúcares del almidón para potenciar los sabores, o conseguir una corteza más fuerte, o amplificar las proteínas del trigo -sí, la panadería también implica unas bases de química y de biología- para extraer más aroma? En ese momento, uno ya no tiene más remedio que sacar un papel y ponerse a hacer cálculos matemáticos hasta volverse loco.

Pero la cosa no acaba aquí. A todo esto hay que atender a todas las variables posibles, ya que la fermentación no es la misma en verano que en invierno ni la humedad es la misma en una casa que en otra ni tampoco lo es la variedad del trigo ni el tiempo que tiene ni si está o no tamizada varias veces ni la temperatura del agua ni el tipo de fermento ni el de la levadura ni nada de nada; calcular con precisión una fórmula de panadería es algo tan complejo como enervar una aguja con guantes de cocina. Es más, puedo asegurar que el pan no es el mismo según la música que suena durante el proceso, así que si creía en mi intuición como método conductor, es que soy un iluso.